JEREZ DE LA FRONTERA, 1951 Ruiz Ortega

Sabe captar el tono musical que hay en el interior del que existe desde los orígenes.

Ruiz Ortega es la expresión más pura de la pintura actual experimentada como un hecho que responde a la capacidad humana para conectar con la perdurable vigencia del espíritu que es inmemorial.

BIOGRAFÍA

Nacido en Jerez de la Frontera, en 1951. Una vez trasladado a Barcelona, ​​cursa estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sant Jordi, donde imparte clases de dibujo desde el año 1974. Becado por la Universidad de Perugia , debuta individualmente en 1979 en Sant Cugat del Vallès. Más tarde expone en Santander, Terrassa, Girona, Olot, Viena, Setúbal (Portugal), Valencia, Madrid y Barcelona. Participa en itinerantes que llevan sus trabajos por toda Andalucía.

Ganador de numerosos premios (Primer Premio de Pintura de la Dirección General de Bellas Artes, Barcelona 1971; o el Premio Inglada Guillot en 1982). Tiene obra en el Museo de Arte Moderno de Barcelona, ​​a la Diputación Provincial de Santander y en diferentes colecciones privadas.

Construye los cuadros desde una base esteticista. Hábil con el dibujo, crea una atmósfera de neo-romanticismo. Figuras de adolescentes, temas urbanos, interiores, orquestas de jazz, conforman un universo pictórico donde no falta la solidez de una estructuración que se mueve entre el rigor y una sensación de movimiento, de lo que está viva.

RUIZ ORTEGA Y LA VOLUNTAD DE ETERNIDAD

por Josep M. Cadena

Un viaje por las tierras de Italia, país variado y siempre abierto a los más diversos estados anímicos, nos permite contemplar las sutiles bellezas que el arte de Ruiz Ortega ha logrado captar de una Naturaleza y de unas formas en construcción permanente ante los ojos del artista. Su gran capacidad para introducirse, tanto con la línea como con el color, en las esencias de las realidades formales, nos permite viajar con él a medida que pasamos de uno a otro cuadro, conscientes de que vemos, más que la realidad establecida, lo que hay de comunicativo en su interior.

Para mí, este andaluz-catalán que es Ruiz Ortega, nacido en 1951 en Jerez de la Frontera, alumno y después profesor de muchos artistas noveles en la Escuela Superior de Bellas Artes de Barcelona, ​​es la expresión más pura que conozco de la pintura actual experimentada como un hecho que responde a la capacidad humana para conectar con la perdurable vigencia del espíritu que es inmemorial. Él es de ahora y se implica en las cosas que a todos nos corresponden como miembros de la actual sociedad, pero cuando lo vemos a través de sus obras sentimos que nos transmite las verdades que, a pesar de venir de muy lejos, son permanentes. Sabe captar el tono musical que hay en el interior del que existe desde los orígenes y lo que ha sido construido por otros hombres, posiblemente desconocidos para nosotros, que también sintieron el soplo divino de la creación que nunca se detiene. Por eso, cuando capta un paisaje, o describe un edificio, así como cuando se fija en un pez que acaba de ser sacado del agua, notamos que en la esencialidad de las formas y las tonalidades se encuentran el aire que mueve ligeramente una hoja, el calor de un ambiente que nos abraza con expresión de sincera amistad o el rumor del paso de una persona que nos ama y que se acerca para darnos la más gentil de las bienvenidas.

La Italia que nos cuenta Ruiz Ortega es la que él ha visto con el corazón y la que nosotros llevamos dentro desde que, niños aún, supimos de su existencia como generador de pueblos. No sólo la Italia de las civilizaciones, romana o renacentista, sino una más honda, que con los griegos descubrió la esencia de los conceptos y los difundió allí donde llegó. Y aunque ahora es un país conmocionado por todas las convulsiones que globalmente nos afectan, tiene viva la raíz que nos sirve de ejemplo para seguir creyendo en la Humanidad como una voluntad colectiva de eternidad. Y eso es lo que Ruiz Ortega nos explica en su obra.[

Obras disponibles

 FLORES CON PLATO AZUL

Óleo/lino 60×92 cm

Exposiciones