ZAMORA, 1955 Tomasa Martín

Puede parecer que todo respira quietud y que nada se mueve. En realidad, sin embargo, hay un pensamiento en constante actividad hacia la perfección del espíritu.

Creadora de un personal surrealismo, parte de lo que le rodea, pero con voluntad de proyectarse hacia el infinito de una manera plenamente participativa.

BIOGRAFÍA

En 1974 se traslada a vivir a Barcelona donde estudia Bellas Artes en la Escuela Massana. En los inicios de los años 80 comienza a realizar exposiciones en las ciudades de Barcelona, ​​Madrid, Málaga, Valencia … Más tarde expone en Francia, Finlandia, Alemania, Portugal … así como en EEUU y Dubai. Desde el año 2000 trabaja con galerías de Japón lo que le obliga a viajar a menudo en el país. A lo largo de estos años ha realizado más de 200 exposiciones entre individuales y colectivas.

Ha publicado dos libros sobre su obra al tiempo que ha hecho portadas por un libro temático sobre el reloj, para un libro de texto de la ESO y el libro manzanas a Laura, tal vez. Su obra aparece en una cuarentena de libros entre los que podemos destacar La ruta del Cister y en más de 130 publicaciones.

Encontramos obra suya en las principales colecciones del mundo e instituciones como la Generalitat de Cataluña. Entre los premios que ha obtenido destacan el premio de pintura Juan Ramón Masoliver y el premio de pintura Valentín. Ha participado en diversos programas de radio y televisión de España y Cataluña, como el programa de televisión Continuará. Numerosos críticos y personalidades de la cultura han escrito sobre su obra.

LA POESÍA DEL ENTORNO COTIDIANO

por Josep M. Cadena

El estudio prácticamente vacío, con la luz que entra por el ventanal, es como la mente del artista que se prepara a recibir sensaciones que ayudarán a crear el concepto. Y las pilas de libros, dispuestos en columna que se alza hacia el cielo o estableciendo con su horizontalidad una forma bien fundamentada de pensar, son los conocimientos que nos esperan.

De este modo la pintora, Tomasa Martín, nos cuenta que toda novedad es posible si sabemos aprovechar las gracias permanentes de lo que tenemos tanto a nuestro alcance que nos ha dejado de interesar (la propia capacidad para ser muy originales en el pensar) o lo que nos parece inalcanzable como es el mágico misterio de la cultura siempre en constante evolución.

La forma helicoidal de la cáscara univalva del tornillo ya fosilizado nos da la sensación de vida y la intimidad de un lavamanos -lugar secreto y lleno de luz vez- nos recuerda que nada de lo que se repite es exactamente igual y que los ritos se deben realizar a conciencia para que nos parezcan siempre nuevos. Por eso también el lápiz para dibujar y la goma de borrar, utensilios representativos de un oficio que sirve a la expresión artística, son la metáfora plástica de la existencia, ya que los hechos desaparecen y la idea queda.

La pintura de Tomasa Martín es de ideas poéticas; es decir, de conceptos que expresan la continuidad del ser humano como intérprete de su entorno y como buscador de la situación superior del espíritu en relación con la materia. Creadora de un personal surrealismo, parte de lo que le rodea, pero con voluntad de proyectarse hacia el infinito de una manera plenamente participativa. Por eso su visión es amplia y generosa, abierta a la diversidad de situaciones que podemos compartir con ella para encontrarnos con nosotros mismos sin ningún tipo de angustia; por el contrario, con la alegría del descubrimiento de una amplia y siempre creciente capacidad para entender la armonía de lo que tenemos siempre al alcance.

Exposiciones

TOMASA MARTÍN

«COMUNICACIÓN»