Inauguración de Josep Mª Forcada (5 noviembre 2010)

Josep Mª Forcada es uno de los artistas más polifacéticos que ha expuesto en la Sala Rusiñol: médico, periodista, pintor y… ¡sacerdote! Él es parte de la rica tradición en nuestro país de presbíteros que con su servicio espiritual y con sus aportaciones como historiadores, juristas, pintores… nos ayudan a tener un mundo mejor.

Ignasi Cabanas, director de la Sala Rusiñol: «Con esta exposición —«Impronta Mediterránea»— es la cuarta vez que Josep Mª Forcada inaugura en nuestra sala. Él es una gran persona y muy buen pintor. Esto se ve reflejado en esta audiencia multitudinaria: pocas veces hemos visto aquí un gentío como el de hoy».

Josep Mª Cadena explicó que en la obra de Josep Mª Forcada descubrimos aquella capacidad de conservar las ideas y las imágenes por él vividas. Notamos que él cree en lo que pinta; él se sitúa delante del paisaje y lo hace nuestro. Entonces, al sentirnos representados, ante estos cuadros experimentamos una cierta placidez…: «Esto también me representa a mí».

«Creo que, observada la pintura de Forcada, todos podemos convenir en que sus cuadros nos estimulan a ser mejores. Nos sentimos a gusto con ellos por lo que siempre tienen de positivo, de afirmación del franciscano Canto al Sol, que nos caldea el corazón y nos ilumina la mente para poder ascender por la luz que nos devuelve a la bondad de los orígenes» (de la reseña de Josep Mª Cadena).

Habla el artista: «A pesar de que ya lo ha dicho Cadena, desearía recalcar esta calidez y sentido plácido de la vida que pretendo conseguir con la variedad de colores: soy maniático del color; ¡disfruto poniendo colores! Lo hago para explicar que no siempre hemos de vivir a base de empujones, sino entendiendo que hay una capacidad de reposo, de paz».

—Con una vida tan llena (sacerdote, trabajo en el Hospital de Sant Pau, periodista…), ¿cómo es capaz usted de hacer tantas cosas? —Voy haciendo… ¡Si tuviera algunas horas más…! Quizá, si supiera abstraerme un poco más, también me cundiría más el tiempo… Pero voy haciendo lo que puedo; con intensidad; no actuando como espectador de mí, sino de protagonista».