Inauguración de Román Francés (16 Marzo 2012)

«20 años después». Sí, hacía mucho tiempo que José Miguel ROMÁN FRANCÉS había expuesto en la Sala Rusiñol. Ahora —precisamente, 20 años después— lo hace por segunda vez, y con una calidad muy alta. —Esperemos que no vuelvan a pasar otros veinte años más, sugirió Ignasi Cabanas.

«Cuando ya se acaba el invierno y se acerca la primavera, es bueno poder hablar de la pintura de José Miguel Román Francés —el artista utiliza los dos apellidos y por ellos es ampliamente conocido— ya que su obra nos trae la floración de la naturaleza y tiene la calidez del sol que vuelve a nacer cada mañana para dar sentido de continuada renovación en todo lo que toca» (de la reseña de Josep Mª Cadena).

La vista de los cuadros de Román Francés nos lleva a pensar en la luz mediterránea, que está presente en toda su obra. Josep Mª Cadena los comparó con un verso de Unamuno, cuando decía: «Levantinos, os ahoga la estética». —¡No!, no les ahoga la estética. José Miguel usa la estética para explicar la belleza del mundo, la belleza de las personas… Él tiene la suerte de vivir en un lugar idílico, espléndido… Si viviéramos donde él vive, estaríamos pintando un cuadro de Román Francés: sus cuadros expresan lo que sucede a su alrededor.

«Román Francés demostró muy pronto que en él los medios de expresión de la belleza del mundo y de la juventud femenina que deseaba captar eran el dibujo y la pintura (…). Con la voluntad de hacerse a él mismo a través del estudio de los grandes maestros que encontró en el Museo del Prado de Madrid, con voluntad crítica (…) bebió en la figuración clásica y aprendió a respetar toda obra que fuera sincera, pero ya con la decisión de moverse dentro de la figuración y del realismo de tipo mediterráneo, que sentía como propio» (de la reseña de Josep Mª Cadena).

Román Francés: —Explicar la pintura es un poco surrealista, porque ¡ahí está pintada! No soy partidario de ir explicando; hay mucho de sentimiento: un día te levantas y te apetece pintar una cosa y la pintas… Me da como escalofríos enseñar la pintura: me cuesta enseñarla porque es lo mío. —Se le preguntó por la modelo que aparece en casi todos los cuadros: —La conocí en un restaurante. ¡Me preguntó por qué la miraba tanto! No es fácil encontrar una modelo, porque a veces no es fotogénica. En el caso de ésta, ¡de cada foto aprovechaba cinco! Le hice como unas diez mil fotos en un verano.