Inauguración de Óscar Borrás (8 noviembre 2013)

Hoy nos acompaña el pintor Óscar Borrás, artista de reconocimiento internacional y extensa trayectoria de exposiciones que le han permitido situarse como uno de los máximos exponentes de la pintura naïf. En esta ocasión nos presenta una colección de su obra más reciente “Mirar de cerca” dónde quedan patentes los temas que hacen única su pintura y su particular visión del mundo.

Como es habitual, el director de la galería, Ignasi Cabanas, da la bienvenida al artista. Explica a los asistentes que esta es la cuarta exposición que de él se presenta en la Sala Rusiñol. También comenta que Óscar Borrás forma parte del grupo de artistas con el que se celebró el 25 aniversario de la Sala y que, por tanto, está presente en el libro publicado para la ocasión. Finalmente, le agradece el haberse desplazado desde Valencia para acompañarnos en la inauguración.

Josep M. Cadena: “He sentido una gran alegría al entrar aquí. Esta pintura es una fiesta continua, por los colores, las formas y los contenidos. Se trata de imágenes paradisíacas, de un paraíso civilizado y muy cercano a nosotros, muy equilibrado, dónde los árboles no solo tienen apariencia de árboles, si no que producen, y cada una de sus hojas tiene vida propia”. Y continúa: “Refleja la perfección del mundo y la perfección que encontraremos arriba si somos buenos. Es una pintura que nos trae un verano de pensamiento y todos deberíamos estar en este continuo verano”.

Óscar Borrás agradece las acertadas palabras de Josep M. Cadena. Explica a los assistentes como después de finalitzar una carrera técnica vió muy claro que el camino del arte era el que realmente le llenaba. Hijo de pintor, realiza sus primeros cuadros después del servicio militar. Se inicia sin demasiadas influencias, lo que le permitió crearse un estilo muy personal, en el que se sentía muy cómodo. A pesar de que su padre era pintor, jamás le marcó una dirección aunque sí le dió buenos consejos.

El artista, que se define como un gran ecologista, explica que le gusta mucho la naturaleza y los espacios abiertos, razón por la cual, a través de la pintura, hace realidad un mundo de sueños. También nos dice que es una persona feliz y que esta felicidad queda reflejada en su obra, que trabaja con gran esmero ya sea en los primeros términos o en los últimos.

Para finalizar, los asistentes le hacen una serie de preguntas que contesta extensamente y de las que rescatamos una: “—¿Cuánto tardas en pintar un cuadro? —Unos 25 días. Soy muy metódico y Trabajo una media de 10 horas al día. Empiezo a las 8 de la mañana y no paro hasta la hora de cenar. De noche sigo trabajando con la almohada”.