Inauguración de Joan Mas (4 abril 2014)

El pintor Joan Mas ha regresado a la Sala Rusiñol después de seis años. ¡Un retorno esperado! Antes ya había expuesto bastantes veces, desde los comienzos de la Sala. Ignasi Cabanas nos lo ha presentado como “medio francés y medio catalán”: si bien él nació en Barcelona, ha trabajado durante mucho tiempo en Francia. Durante estos años ha experimentado una evolución….

De Joan Mas todavía no teníamos un “perfil rápido” para nuestro blog. En esta imagen lo vemos en el momento de la entrevista “4 apuntes de… Joan Mas” (Respuestas rápidas del artista, sin “buscar 3 patas al gato”). En estas respuestas emergen detalles simpáticos y muy interesantes de la vida del pintor. Por ejemplo, el recuerdo de cuando fue a París el año ’59 haciendo auto-stop. ¡Buen viaje!

Según Josep Mª Cadena, “es fácil hablar de la pintura de Joan Mas. Mirando hacia atrás, todos recordamos nuestra infancia y juventud: años en los que abrimos los ojos al mundo y nos creemos las cosas, aunque después las vayamos revisando… Hasta que nos hacemos adultos y nos planteamos, entonces, por qué no somos como cuando éramos pequeños. Esto es parte de la pintura de Joan Mas. Él pinta criaturas: es el momento en que la criatura se siente participando y formando la sociedad”.

Josep Mª Cadena: “Joan Mas no se fija en los individuos, sino siempre en los grupos de personas, creando una especie de personificación colectiva. Por esto, en sus cuadros vemos terrazas en las calles que nos hablan de la participación de unos y otros. Además, la naturaleza siempre juega ahí: Joan siempre capta un momento determinado de la existencia de la vida colectiva de las ciudades, pero en relación con la naturaleza” (así, vemos paisajes de Francia envueltos por la neblina…).

¡Es el momento de escuchar las palabras del pintor! El tema que quizá resalta más es el trasfondo gris-azulado de sus cuadros que transmite una sensación especialmente encantadora a su obra. Todo tiene su explicación: “Un día, en París —hace ya cincuenta años— hubo una tarde con un gris muy particular: mezcla de oro, plata, plomo, bronce… Al cabo de unos diez minutos empezó a nevar. Me impresionó mucho; los periódicos hablaron de ello. A partir de aquel momento me decanté por este gris-azulado. Durante muchos años he trabajado inspirado en aquel cielo”.