SANT JULIÀ DE CERDANYOLA, 1948 – LA POBLA DE LILLET, 2023 Casas Anfruns

Con su plástica, investiga, encuentra y pone de relieve, en acertada síntesis, los rasgos más esenciales del lenguaje gaudiniano.

En sus cuadros, Casas Anfruns habla de Barcelona y Gaudí pero también dedica espacio a las principales ciudades europeas.

BIOGRAFíA

Formado en el diseño, la arquitectura y las bellas artes, se inició pictóricamente con el pintor Rafael de Soto. En 1968 se estableció en Ibiza, donde trabajó la escultura de madera y el dibujo sobre papel. En 1978 residió en París, donde el ambiente gris y lluvioso de la ciudad marcó un punto importante en su carrera artística: encontró el camino de su pintura actual, aquella que muestra la lluvia y la niebla rodeando los edificios y diferentes elementos del mobiliario urbano.

Durante la década de los 80 realizó innumerables exposiciones en las principales ciudades de nuestro país y el extranjero y obtuvo importantes premios y distinciones. A partir de 1990 volvió casi exclusivamente a la temática urbana que ya había iniciado durante su etapa parisina. Ciudades como París, Roma, Amsterdam, Venecia, Girona o Londres, quedan personalmente reflejadas en su obra. Sin embargo, fue en 1992 que marcó un antes y un después en su trayectoria: los Juegos Olímpicos de Barcelona en conducen a profundizar en la capital catalana y especialmente en la obra de Gaudí, que está presente en todas las exposiciones realizadas desde entonces hasta la actualidad. Encontramos obras suyas en colecciones de Francia, Italia, Alemania, Suiza, Mónaco, Gran Bretaña, EEUU, Holanda, Japón, Nueva Zelanda.

EN MEMORIA DE MI PADRE

por Teresa Casas

Con esta exposición y con la segunda edición del libro queremos hacer un homenaje a la vida y obra de Casas Anfruns, una oda a la mirada atenta y al poder transformador del Arte. En cada página hay algo más que un cuadro, hay pinceladas de amor y recuerdos que nunca se borrarán. Podemos percibir la belleza y la mirada de Casas Anfruns, una mirada que queremos que nos acompañe siempre.

Su arte era su voz, voz que hablaba a través de los colores y detalles meticulosos. En cada tela él dejaba una parte de su alma, una narrativa visual que trasciende al tiempo y al espacio.

En el libro, dividido en cinco capítulos según la temática, iremos descubriendo su obra. Impregnada de una sensibilidad única, nos transporta a las calles lluviosas de Barcelona y sobre todo al universo creativo de Gaudí, con un estilo que combina el realismo y la magia del impresionismo.

Sus cuadros muestran temas gaudinianos, formas orgánicas y detalles arquitectónicos con una precisión rigurosa. La Pedrera, la Casa Batlló, el quebradizo colorista del Park Güell o las esculturas que Subirachs hizo en la Sagrada Familia son algunos de sus motivos de inspiración. A estas obras más realistas se le suman otras en las que la luz difuminada de la lluvia es la protagonista, en ellas los colores se desvanecen y se mezclan, creando una atmósfera mágica y melancólica.

Este libro es un prólogo a su presencia eterna en nuestras vidas. Con cada página girada, su legado sigue vivo, inspirándonos a ver el mundo a través de sus ojos. Un homenaje a su pasión, a su amor por la pintura y a la belleza que tanto ansiaba.

ACERTADA VISIÓN GAUDINIANA DE CASAS ANFRUNS

por Josep M. Cadena

La creatividad de Antoni Gaudí, abastecimiento expresada en realizaciones arquitectónicas, tanto religiosas como civiles, que resultan de obligada visita turística, va más allá de sus formidables edificios, pues el genio de Reus fue un creativo que amplió a todo tipo de objetos y complementos su capacidad de proyección a la vez estética y espiritual. A la vez, la influencia del artífice de la Sagrada Familia, la Casa Milà, la Casa Batlló, la Casa Vicens y el Park Güell, por citar algunas de las obras representadas pictóricamente en esta exposición titulada Barcelona y Gaudí, no murió con la desaparición física del arquitecto, sino que ha pervivido entre nosotros y se ha extendido cada vez a más países y culturas.

Lorenzo Casas Anfruns (Barcelona, ​​1958), que inaugura la nueva temporada artística en la sala Rusiñol de Sant Cugat, hace décadas que sigue la fuerte e innovadora huella del gran maestro reusense. Y del mismo modo que en enero de 2009 y en febrero de 2013 me complació mucho poder acompañarlo con palabras de elogio, ahora lo vuelvo a hacer para manifestar que el pintor, con su plástica, investiga, encuentra y pone de relieve, en acertada síntesis, los rasgos más esenciales del lenguaje gaudiniano. Y que lo hace aportando su visión de artista genuino, por lo que las telas se benefician de una suma enriquecedora, al igual que los diferentes sedimentos que transportan las corrientes de los ríos crean deltas fértiles.

Casas Anfruns reivindica que la adición acertada es generadora de valor, pues entiende con razón que el ser humano, animal social por antonomasia, necesita de sus congéneres para alcanzar sus metas y realizarse plenamente. Es por eso que los lienzos recogen, a la vez que las construcciones de Antoni Gaudí, las creaciones artísticas de otros autores, y el resultado es revela superior a las partes individuales que lo integran. Las obras gaudinianas son patrimonio de la Humanidad por sí mismas, pero ganan cuando disponen de compañía adecuada. Así, la Pedrera dialoga perfectamente con los bancos-farolas de Pere Falqués, la Casa Batlló no se concibe sin la Casa Amatller a un lado, la plaza del Park Güell requiere de la ciudad a sus pies, el Hotel Vela y el monumento a Colom ayudan a las torres de la Sagrada Familia a definir el skyline barcelonés, y las esculturas de Josep Maria Subirachs en la fachada de la Pasión del templo expiatorio son la réplica al conjunto escultórico gaudiniano de la fachada del Nacimiento.

En sus cuadros, Casas Anfruns habla de Barcelona y Gaudí, de una ciudad dominada por el ruido y la prisa en medio de la cual se alza un templo dedicado a la fe, de casas encargadas por burgueses serios que son un estallido de fantasía, de una herencia artística del pasado que alimenta espiritualmente el presente, y todos estos elementos y otros se combinan magníficamente como las piezas de un mosaico del genio de Reus.

EL SENTIDO ÍNTIMO Y MUNDIAL DE GAUDÍ EN LA OBRA DE CASAS ANFRUNS

por Josep M. Cadena

Sin nunca dejar de lado su intensa admiración por la luz y las formas de la obra del arquitecto reusense Antoni Gaudí, el pintor Lorenzo Casas Anfruns (Barcelona, ​​1948) ha ampliado, tanto en temas como en maneras de decir, la su pasión para explicar la vida humana a través de las estructuras que concibe al hombre como ser social. Por ello, en su actual exposición en la Sala Rusiñol de Sant Cugat podemos encontrar no sólo aquel que ya nos es bien conocido y admirado por sus representaciones de detalles del Parque Güell, la Pedrera o Casa Milá y otros insignes obras gaudinianas que, afortunadamente, despiertan la admiración mundial y provocan largas colas de visitantes, sino también otros lugares emblemáticos, algunos de París y otros de Venecia y de diferentes lugares de la civilizada Europa, que coinciden con aquellos primeros en la voluntad de vida.

Cuando en el mes de enero de 1990 escribí en el diario «El Periódico» una breve nota -el espacio del que entonces disponía no daba para más y, a la vez, me hacía falta cierta contención pública porque yo la había presentado cuando inauguró en el mismo espacio en el que vuelve a hacerlo ahora, una exposición- creí necesario destacar su personalidad creativa dentro del ámbito gaudiniano. Así, puse el acento en que «no reproduce lo que ve, sino que aprovecha para su personal investigación artística sobre la armonía de ciudades y personas». Por este motivo destacaba que tenía interés lo que veía como pintor y ahora considero que tengo que reafirmarme en aquel criterio y, incluso, ampliar lo que pienso de su pintura, de la misma manera que él lo hace con sus cuadros.

Tengo el convencimiento de que Antoni Gaudí era un genio que iba mucho más allá de lo que como arquitecto se permitía realizar en edificios públicos, parques y en la culminación de la totalidad de su obra como es el templo expiatorio de la Sagrada Familia. Este, inconcluso por él, ya que es una obra que pide el concurso de varias generaciones y, además, un desgraciado accidente mortal de circulación no le permitió avanzar en el que ya tenía en curso, ahora recibe nuevos impulsos y no deja de crecer, pero a la vez es, al igual que las otras obras que son objeto de la admiración colectiva, un poderoso motivo de creación para artistas como Casas Anfruns, al que dedicamos con verdadera satisfacción el presente escrito.

Considero que es muy estimulante el que ahora nos presenta en sus cuadros; especialmente en aquellos que, a primera vista, parecen más alejados de la inspiración gaudiniana, pero que tienen las mismas raíces artísticas en los que obedecen a sus primeras pautas. Y deseo indicar que, unos y otros, resultan magníficos ejemplos de cómo nuestro pintor actual ha entendido la vitalidad universal en la que Gaudí supo insertarse y nos la sirve en su moderna y actual forma de hacer.