ALBAIDA, 1936 Eustaquio Segrelles

Expresa la intensidad de los estados anímicos mediante el estallido del color.

Pone todos los elementos de su magnífico oficio al servicio de una explicación sobre cómo somos en realidad los seres humanos.

EL REALISMO VITAL DE EUSTAQUIO SEGRELLES

por Josep M. Cadena

La obra de Eustaquio Segrelles del Pilar (Albaida, Valencia, 1936) nos traslada en muchas ocasiones a la pintura de Sorolla y otros grandes maestros valencianos que, en el pasado, interpretaron la lucha de los pescadores y agricultores levantinos para asegurarse la subsistencia. En primera instancia, parece que retroceda hacia un tiempo lejano, tanto en la representación de las ropas de hombres y mujeres como en la de los elementos que estos utilizan en su trabajo para obtener del mar unos peces que cada vez son más escasos -¡Aún dicen que el pescado se caro! llamaba con dignidad ofendida el título del famoso cuadro-. Pero más allá de unas formas accidentales está la pervivencia de unas realidades que son muy actuales: el esfuerzo, la necesidad diaria de enfrentarse al mar, el miedo a la tragedia, la alegría a pesar de todo … y la intensidad de estos estados anímicos, el pintor la expresa mediante el color brillante que define arena, agua, cielo y nubes.

Sobrino del gran José Segrelles y primo del siempre potente Vicente Segrelles, Eustaquio Segrelles pertenece, por impulso de la sangre y por derecho adquirido con motivo de su trabajo, a una manera de expresarse pletòricament que supera las contingencias y afirma las realidades esenciales de las personas. Ante sus obras hay que ser honesto al enjuiciarlas, del mismo modo que él también lo es cuando las realiza, y por eso creo que es necesario decir que el artista pone todos los elementos de su magnífico oficio al servicio de una explicación sobre cómo somos en realidad los seres humanos.

Vivimos en un mundo que va muy deprisa en sus formas externas. Y precisamente por eso es necesario que meditemos si realmente los cambios lo son de verdad. Y en la obra de Eustaquio Segrelles encuentro que figura, muy bien conjuntada, una riqueza plástica que nos lleva a reflexionar sobre la permanencia de los verdaderos sentimientos humanos en relación con la superficial evolución de las formas. Sus hombres, mujeres y niños son reales, y nos explican cómo es la vida. Así pues, una excelente exposición para celebrar los veintidós nueve años de compromiso sincero con el arte de Ignacio y Victoria Cabanas al frente de la Sala Rusiñol de Sant Cugat. Felicidades!

Exposiciones

EUSTAQUIO SEGRELLES

«LUZ Y FUERZA» 29 ANIVERSARIO