XÀTIVA, 1971 Pelegero Agustí
Pelegero Agustí capta y pinta con gran sensibilidad la atmósfera de los paisajes, con un estilo muy personal y único.
Gran conocedor de la naturaleza, siempre pinta sus obras del natural, que es como él siente y nos hace sentir el paisaje.
INTENSIDAD Y BELLEZA EN LA OBRA DE VICENT PELEGERO
por Josep M. Cadena
Vicent Pelegero Agustí (Xàtiva, 1971) es un pintor de paisajes de una intensa belleza modernista. El artista, lúcido y coherente en la concepción de las ideas que lo mueven, capta las líneas fundamentales de una Naturaleza que, en sus lienzos, exhibe su fuerza primigenia. El agua, que da vida a la huerta valenciana, es una protagonista indiscutible en los cuadros. En la playa del Xeraco, el mar acaricia la arena que hasta los años cincuenta apenas sólo pisaban los carabineros en sus rondas a la caza y captura de los contrabandistas y que ahora ocupan los chiringuitos que esperan a los turistas. En la cala Granadella, el agua que ha sido ola se concede un reposo al abrigo de las rocas. El río Serpis disfruta de la compañía tranquila del roble, el fresno o el tejo, que se reflejan en sus aguas, antes de atravesar la animada ciudad de Gandía. Y en el Jardín del Beso, que un filósofo italiano y su esposa cedieron a la ciudad de Xàtiva, el agua abandona su origen salvaje, se civiliza, y se convierte en la música líquida de unos paseos custodiados por arbustos recortados de reminiscencias versallescas que el pintor sabe observar con la misma mirada que Santiago Rusiñol contemplaba el Jardín de Monfort.
Desconozco si el pintor tiene algún parentesco con Ramon Pelegero Sanchís, conocido artísticamente como Raimon, que igualmente nació en Xàtiva, en 1940. El cantautor también habla del agua cuando canta En mi país la lluvia no sabe llover; / O llueve poco o llueve demasiado; / Si llueve poco es la sequía, / si llueve demasiado es la catástrofe. / ¿Quien llevará la lluvia a la escuela? / ¿Quién le dirá cómo se debe llover? Y en esta misma canción, Raimon conversa con el niño que fue y le dice que nada aprendiste en la escuela. / Ni el nombre de los árboles de tu paisaje, / ni el nombre de las flores que veías, / ni el nombre de los pájaros de tu mundo, / ni tu propia lengua. Vicente Pelegero es más joven que su conciudadano setabense, y ojalá que su escolarización fuera más provechosa que la del cantante de Al viento. Ahora bien, al contemplar los paisajes, árboles y flores que pinta con maestría, honda sensibilidad y belleza, debemos concluir que él sí que felizmente para nosotros que podemos disfrutar de su obra ha aprendido el nombre de la naturaleza que le rodea .