POLÒNIA, 1971 Piotr Perski

Las experiencias vividas de Piotr Perski vinculan los paisajes urbanos y los rincones rurales a través de la línea que dibuja el artista.

Piotr Perski transforma un personaje real, un paisaje cotidiano, en un lugar recreado donde el espectador encuentra nuevos sentidos, emociones escondidas que aparecen reveladas a través de la mirada del artista.

MIRADAS

por Josep M. Barragán Rodríguez. Doctor y Profesor titular de la Facultad de Bellas Artes. Universidad de Barcelona

Los artistas, a menudo con dificultades para convivir con las condiciones sociales que nos impone el mundo en que vivimos, tienen pero un gran privilegio, pueden crear mundos, pueden dar forma, materia y consistencia a ideas, experiencias y emociones que pasan a formar parte de la universo paralelo al real. Asimismo ofrece al espectador la oportunitatr de vivir experiencias diferentes a las que tiene en su vida cotidiana o incluso cambiar su mirada hacia esta realidad.

Piotr Perski, es un ejemplo de esta actitud artística que transforma un personaje real, un paisaje cotidiano, en un lugar recreado donde el espectador encuentra nuevos sentidos, emociones escondidas que aparecen reveladas a través de la mirada del artista.

Vino de Polonia en España con la beca del Ministerio de Asuntos Exteriores y está terminando su tesis doctoral en la UB de Barcelona. Durante su estancia en la ciudad condal, ha realizado numerosas exposiciones en España, Polonia, Alemania, Chipre, Singapur y varias en los EEUU.

Las pinturas de Barcelona, ​​ciudad donde el artista polaco está establecido desde hace más de 16 años, nos ofrecen de nuevo miradas, una nueva experiencia modestamente, generosamente compartida: la fuerza de la vida en el entorno y del tiempo que necesita, quizás ya olvidado, los tiempos que dedicamos a vivir sin ver, sin mirar. Y un conocimiento profundo de la representación de la ciudad y la elección de los procedimientos propios del medio pictórico.

En sus obras veremos: edificios, cielos y vistas generales de las ciudades y naturaleza, algunas muy conocidas, pero destiladas por su elección. No es fácil reinterpretar las imágenes más o menos tópicas de estas vistas, playas, puertos y mostrar una visión personal. Piotr Perski lo hace: el empeño por la representación del natural, una actitud del siglo XIX, que con el paso de los años vuelve a ser innovadora, porque nos hace pensar sobre el proceso de representación (así ocurre en el campo artístico) y la opción por la reducción de recursos entre todos los que la pintura ofrece desde hace miles de años, son sus dispositivos de discurso artístico.

El resultado son pinturas que ahora vuelven a ser sorprendentes si te paras a mirar un poco, emocionantes, porque transmiten la experiencia vivida del momento. Si el espectador entra en el juego de la mirada que nos proponen sus obras, volverá a mirar y podrá participar en la lucha silenciosa, sincera, apasionada, de un pintor que salva las percepciones fugaces de estos lugares y las retiene, sin congelarlas (como ocurre en la fotografía) a su pintura. No son las imágenes de Barcelona y otros lugares mil veces representadas, mil veces fotografiadas, son las experiencias vividas de Piotr Perski que vinculan los paisajes urbanos y los rincones rurales a través de la línea que dibuja el artista. Los recursos: los formatos, la elección del punto de vista y la línea del horizonte, las gamas cromáticas, las pinceladas (sí, la huella que deja el pincel) y la representación pictórica de la luz. En las Miradas con Piotr Perski, re-descubrimos la ciudad a través de los formatos: recortes del paisaje dentro del límite de lo posible, algunos alargados hasta el extremo, otros también extremadamente verticales, o cuadrados pero en una proporción desmesurada, y la luz huidiza , que va dibujando las formas, entre luces y sombras, y traducida en densas manchas de color (con miles de matices) que predominan las vistas generales.

La concentración de edificios. A veces los edificios ocupan gran parte del cuadro y el artista se recrea en la visión amontonada, con indicios característicos de su organización urbana a través de las calles: a veces rectas, a veces laberínticas, a veces en pronunciadas perspectivas en su descenso hacia el mar, a veces subiendo hacia las colinas. A veces apenas reconocibles y trazados con un dibujo invisible bajo la capa pictórica con una reducción cromática que, en apariencia, sólo apunta al blanco, al gris, el azul, el verde y el siena, pero cargados de matices que mantienen la forma.

Cielos inconmensurables y las formaciones de nubes, que hay quien cree imposibles, pero que existen … se pueden redescubrir, siguiendo la mirada. La proporción y la desproporción formal. Y siempre con una sorprendente desmesura de destellos de la gama cromática que van del amarillo al rojo violento, pasando por todos los rosados ​​dorados, anaranjados … son los colores fugaces del ocaso del día.

El mar y el cielo, en franjas de masas de colores a veces pesadas como el plomo, el color con el que han sido pintadas, con vibraciones turquesas, cobalto, añil y blanco, deslumbrantes.

La niebla, este fenómeno atmosférico tan relevante e inevitable en el paisaje de Barcelona y otros lugares abiertos al mar, es incómoda para la representación, pero en su experiencia y la inquieta mirada, Piotr no la puede ignorar. No sin ignorar el puerto de Barcelona, ​​no sin ignorar la bahía de Menorca, parece imposible pintar aquella masa difusa de minúsculas partículas que envuelve a veces el paisaje, pero Piotr Perski lo hace.

El trabajo artístico de Piotr Perski es una posibilidad, es una buena excusa en este caso, para salvarnos del aburrimiento de las percepciones cotidianas.

Exposiciones

PIOTR PERSKI

«MIRADAS»