LOCARNO, 1954 Raffaello Ossola
Ossola es un gran renacentista que da la oportunidad, con su plástica, de descubrir de nuevo las virtudes de la Naturaleza y consigue situarnos en medio de la belleza de la vida.
En la pintura de Raffaello Ossola late la gran pregunta sobre la eternidad a la que aspira el ser humano.
SENTIDO TRASCENDENTE EN LA PINTURA DE RAFFAELLO OSSOLA
por Josep M. Cadena
Nacido en Locarno (Suiza) en 1954, el pintor Raffaello Ossola es un gran renacentista, que da la oportunidad con su plástica de descubrir de nuevo las virtudes de la Naturaleza. Cuando en nuestro mundo parece que impere el tecnicismo y ya se consideran normales los viajes hacia el espacio para el encuentro de nuevos mundos, él nos hace la ofrenda del árbol que crece, lozano, entre sus manos. Para que el árbol es el símbolo por excelencia de la vida y resume el carácter cíclico de la evolución cósmica. La muerte que lleva a la resurrección, primero de la materia y a continuación del espíritu que accede al espacio superior al que desde siempre ha sido llamado. Es esta la verdadera navegación interestelar, superior a las naves propulsadas por la energía científica y que este artista, que por primera vez presenta la Sala Rusiñol de Sant Cugat, sabe expresar.
En la pintura de Raffaello Ossola late la gran pregunta sobre la eternidad a la que aspira el ser humano. De una manera u otra, del mismo modo que se quiere dejar testimonio social del paso de la existencia en un tiempo y en una sociedad, también entre nosotros existe la voluntad de llegar al más allá que simbolizamos en la línea de el horizonte o en la aurora que siempre nos sorprende cuando tenemos ocasión de contemplarla, temblorosa porque lleva un nuevo día, y vestida de rosa y de verde como escribiría el poeta Charles Baudelaire.
En los cuadros de Raffaello Ossola también existe esta temblor auroral, dentro de la seguridad de sus composiciones. Y es que con sus obras anuncia una nueva era humanística: aquella en la que el ser humano no es tanto la medida de todas las cosas como el descubridor de que pertenece a una creación en la que debe servir y que es necesario respetar porque, abusando de ella sólo hacia la total destrucción.
Con su obra el pintor consigue situarnos en medio de la belleza de la vida, mutante en las formas externas cuando, como la roca, se encuentra afectada por las fuerzas de la Naturaleza, pero inalterable en sus esencias. Raffaello Ossola observa las formas, pero sabe ver más allá de las apariencias. Y gracias a ello nos trasmite la esperanza de una vida mejor si sabemos ser cumplidores de principios.