BARCELONA, 1940 Andreu Fresquet

La dinámica en el color es la característica esencial en la pintura de Jordi Andreu Fresquet.

Como pintor cultiva un realismo crítico en el que aparecen figuras difusas, generalmente sobre fondos oscuros.

BIOGRAFÍA

Estudió en Barcelona, ​​a Palco (1955-62) y en el Conservatorio de las Artes del Libro. Ha mantenido una constante preocupación para las artes gráficas.

Jordi Andreu Fresquet es uno de los nombres reconocidos de la pintura catalana contemporánea y cuenta con obras repartidas en museos de Italia, Venezuela o California y también aquí en nuestro país, como por ejemplo en el Macba. Un estilo de pintura que recuerda la obra de Francis Bacon. La sus creaciones, sin embargo, no sólo se han limitado a los cuadros, sino que también ha salido a la calle. Fresquet ha colaborado con los guarnecidos de Fiesta Mayor de la calle de Joan Blanques y de la plaza de Rovira i Trias, que quedó en las primeras posiciones con el diseño Sueños.

EL ESTIMULANTE DINAMISMO DE ANDREU FRESQUET

por Josep M. Cadena

En 1987 -y perdonen que comience haciendo referencia a una fecha tan lejana, pero es que la coherencia creativa del artista del que ahora hablaré lo justifica- dediqué un texto a Andreu Fresquet, que ahora expone en la Sala Rusiñol y que con su ardiente y activa obra cierra la presente temporada pictórica de la galería. Se trataba de un escrito que conformaba un librito, muy bien dispuesto y completo dentro de su brevedad, perteneciente a la colección Arte Español Contemporáneo -editada por Fernando Fernán Gómez, hijo del ampliamente conocido actor-, la cual tener un largo recorrido y una notable importancia promotora de los entonces nuevos valores plásticos a quien estaba dedicada. En ella figuraron, en cuanto a pintores catalanes, Joaquim Viola, Joaquim Budesca y Jordi Andreu Fresquet -Andreu es su primer apellido, aunque a veces se confunda por un nombre-, nacido en Badalona en 1940, y que ya disponía de una amplia trayectoria expositiva, pues había empezado a mostrar su obra a partir de 1959 -movent muy intensamente por las salas sobre todo desde 1962, cuando terminó sus estudios artísticos en la Llotja-.

Este estar en movimiento constante del que hablo no sólo es una habilidad, sino una manera de hacer congénita -en sus genes hay un parentesco con la gran familia de artistas de circo Rivel, de la que salió el mundialmente famoso Charlie Rivel- que impulsa a Andreu Fresquet hacer plenamente activa su pintura. Por ello, en aquel antiguo texto, yo empezaba diciendo que la dinámica en el color es la característica esencial en la pintura de Jordi Andreu Fresquet. Y ahora, ante esta exposición que hace con su obra más reciente, nos encontramos con la agradable sorpresa de que mantiene, con más intensidad en los contenidos, aquellas formas expresivas que siempre nos han atraído -bodegons y composiciones de frutas, teteras y tazas de blanca porcelana, movimientos de danza, ventanas- y que, en resumen, son un gran deseo de libertad.

Porque el hombre, el ciudadano que vertebra al artista que es Andreu Fresquet, siempre ha defendido la libertad. Empezó a hacerlo en sus primeros cuadros, cuando era imposible expresarlo abiertamente por las condiciones ambientales en que nos encontrábamos, y continúa en la misma línea, a pesar de que hemos recuperado muchos de los derechos colectivos que nos corresponden. Y es que el pintor cree en su arte y se entrega como un imprescindible camino de salvación que, si sabemos ir por él hacia delante, nos liberará de los problemas que nos rodean. Su dinamismo es, por tanto, estimulante, y es necesario que nos felicitamos por lo que de positivo nos aporta.

Obras disponibles

 FRUTA

Acrílico/tela 73×60 cm

UVAS

Acrílico/tela 60×73 cm

MESA II

Técnica mixta/papel 36×36 cm

MESA III

Técnica mixta/papel 36×36 cm

Exposiciones