VIC, 1941 Pilarín Bayés
Su compromiso con las raíces de Cataluña, sus principios religiosos y el aprecio por los niños quedan reflejados en su personal obra.
Con sus dibujos acierta a resumir las circunstancias históricas y sociales que ha vivido.
Pilarín nace en Vic el 1941, en pleno franquismo. Estudia en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona y allí descubre a la pedagoga Marta Mata, quien la introduce en el mundo profesional. El año 1964 publica su primer cuento para niños, en la Editorial la Galera, Mi gorrión y comienza a colaborar en la revista Cavall Fort.
Desde el inicio hasta ahora, Pilarín ha publicado más de 920 libros, algunos traducidos a ocho idiomas. Ha colaborado en innumerables publicaciones, exposiciones de obra original, y sus dibujos se han aplicado a todo tipo de soportes y formatos. Es una artista comprometida con su país, Cataluña, y se refleja claramente a lo largo de su extensa obra. Así mismo, la gran calidad artística y humana le han permitido ilustrar cualquier escenario, lugar o personaje de todo el mundo y de todas las épocas. El año 1991 la Generalitat de Catalunya li concedió la Cruz de Sant Jordi, y en abril de 2011, Vic le concedió la Medalla de Oro de la ciudad. Por este motivo se hizo una gran exposición antológica Bienvenidos al circo de Pilarín que itineraría por diferentes ciudades; la Sala Rusiñol la presentó el año 2013 bajo el título «El Circo de Pilarín en Sant Cugat».
Actualmente está trabajando en varios proyectos editorials y encargos diversos. Continúa en activo día tras día, con una extensa y trepidante producción artística.
EL ESPÍRITU UNIVERSALISTA DE PILARÍN BAYÉS
por Josep M. Cadena
Sin desmerecer ninguna de las otras que, habitualmente, se celebran en Sant Cugat, las muestras pictóricas que desde hace treinta y cinco años da a conocer la galería de arte Sala Rusiñol destacan por sus altas cualidades artísticas y la variedad de géneros que ofrecen a coleccionistas y seguidores de la actualidad creativa en nuestro país. Y es aún más remarcable que en las actuales circunstancias marcadas por la pandemia viral que afecta a todos los países del mundo, los responsables de esta sala, Ignasi y Victoria Cabanas, pongan de relieve su constancia en pro del arte y lleven a cabo una exposición tan relevante como la que ahora tengo la satisfacción de poder presentar.
Me refiero, como posiblemente ya saben, a la magnífica muestra que, para gozo de todos los espíritus cultos que la vean, nos permite disfrutar la pintora y dibujante catalana Pilarín Bayés. Nacida en Vic en 1941, ha alcanzado una situación en la que los justísimos elogios recibidos por la expresividad vital de su trazo y la emotividad de sus colores, con los que pone de relieve la fuerza perdurable de nuestras virtudes como pueblo, podrían situarla en la comodidad de no querer someterse más su obra al juicio de la mirada de los demás. Sin embargo, nuestra autora sigue trabajando y esta vez exhibe una serie artística de gran potencia expresiva, en la que visita de una manera inteligente y siempre con gran sensibilidad la historia de la humanidad y nos hace miembros de pleno derecho de la misma.
Pilarín Bayés, catalana y universal al mismo tiempo, hace convivir con naturalidad la muralla china, el Machu Picchu inca, las pirámides egipcias, la Sagrada Familia barcelonesa y muchas otras maravillas del mundo. Se aleja y se acerca tanto a lo largo de los siglos como los lugares de la tierra. Y es que más allá de las distancias de todo tipo, la artista reivindica lo que es común en todos nosotros como base de entendimiento que nos permita avanzar y progresar a todos.
Nos encontramos ante una espléndida exposición de Pilarín Bayés, tanto por su valor artístico como por el ánimo que nos transmite a seguir adelante.
PILARÍN BAYÉS, CATALANA Y UNIVERSAL A LA VEZ
por Josep M. Cadena
Es un verdadero regalo navideño disfrutar, en la recta final de este año, de la exposición de Pilarín Bayés en la Sala Rusiñol de Sant Cugat. La tan justamente celebrada ilustradora osonenca -nacida en Vic el año 1941-, a pesar de tener a sus espaldas una larguísima y fructífera trayectoria, mantiene una gran frescura en su manera de dibujar, captar y recrear sus personajes, plenamente representativos de nuestro país y, a la vez, acertados arquetipos de unas naturalezas humanas que encontramos en todos los continentes y países.
Tiernamente irónica, seria y divertida, Pilarín Bayés auna una perfecta combinación de realismo descriptivo y alta creatividad artística. Todo el mundo puede sentirse identificado en sus dibujos, llenos de vida en el trazo y en los colores. Cuando vemos de cerca sus escenas, y observamos la variedad de lugares y épocas a las que hacen referencia, nos sentimos miembros de la historia de la que venimos, partícipes de la actualidad del momento y deseosos de poner de nuestra parte para que el futuro sea sinónimo de progreso.
La artista ha escogido los mercados populares de diferentes latitudes del planeta para explicarnos, tanto desde la proximidad como desde la lejanía, como es la sociedad humana, y sobre todo, como sería deseable que fuera, un lugar de encuentro y intercambio de la rica diversidad cultural que conforma el patrimonio de la humanidad. Así vemos una población catalana donde los llegados quizás no hace mucho interactúan con los que es posible que vivan desde hace un poco más de tiempo; el mercado Benito Juárez de la mexicana población de Oaxaca, donde unos mariachis aportan la alegría de su música; un mercado flotante en el sudeste asiático, en el que los comerciantes y los compradores se desplazan en barcas; los libreros de París que tienen sus paradas instaladas a lo largo del Sena; o una jaima en medio del desierto sahariano que acoge hombres y mujeres con vestimentas tradicionales que manejan teléfonos móviles.
Cada obra de las que realiza Pilarín Bayés se explica por sí misma y es una estimulante rendija artística abierta a la reflexión. La autora, culta y amante de las manifestaciones populares, ama lo que le es más próximo y se apasiona por las múltiples formas en las que la sociedad humana se constituye en cada rincón de tierra habitable. No sólo nos ofrece un maestrazgo artístico, sino que también nos da una lección de cómo observar el mundo, con amor y voluntad de aprender a ser mejores.
VIGÉSIMO SÉPTIMO ANIVERSARIO DE LA SALA RUSIÑOL CELEBRADO CON LA ALEGRÍA DE LA OBRA DE PILARÍN BAYÉS
por Josep M. Cadena
La Sala Rusiñol alcanza veintidós siete años de existencia, y lo hace con una exposición de dibujos de Pilarín Bayés, la cual también presenta un libro sobre su extensa obra. Es una celebración triple, que se realiza con alegría, con deseo de participación y con afán de seguir sirviendo nuestra sociedad. En unos tiempos como los actuales, en que los problemas no faltan, es imprescindible la existencia de personas que junten esfuerzos con voluntad de progreso, y esta encomiable tarea es la que han llevado a cabo Ignacio y Victoria Cabanas -promotores y animadores de la galería, bien consolidada en Sant Cugat y reconocida en toda Cataluña-, Pilarín Bayés -mente ardiente y generoso (no se pueden olvidar los salchichones que regala tan profusamente como prueba de catalana amistad), siempre con el lápiz de dibujo en la mano- y la editorial Norma -que ha cuidado del libro que se presenta, titulado Con sombrero … o sin, y que cree en el cómic como estímulo para que la sociedad se perfeccioni-.
Pilarín Bayés, protagonista de la exposición y del libro, se estima los sombreros. Tiene muchos y nunca para de llevar otros nuevos. Tiene la gracia de saberlos escoger y lucir, haciéndolos suyos con la simpática personalidad que se encuentra en todo lo que ella hace y, como es natural, en los dibujos que realiza sin aparente esfuerzo, pero con un exacto sentido del que la actualidad de la vida necesita del arte. Por eso hemos de celebrar el doble acontecimiento de la primera exposición del artista entre nosotros -todo un honor para la Sala Rusiñol- y de la presentación del libro.
Con sombrero … o sin es una biografía y un análisis llenos de interés de la obra de la dibujante a cargo de María Ángeles Ferrer, que sabe contextualizar unos hechos consignados con fidelidad. A la vez, el periodista y crítico de arte Jaume Vidal se cuida de aclararnos los porqués de Pilarín Bayés, mujer sencilla y risueña ante todo el mundo, pero con un trasfondo rico en vivencias y pensamientos. Así sabemos que Pilarín, nacida en Vic en 1941, es una mujer fuerte, que entiende de las complejidades de la vida y tiene un conocimiento profundo de su oficio, tal como demuestra el decirnos, en el interesante prólogo que pone a la obra, que un dibujante no es una planta exótica que florece dentro de una campana de vidrio, no es un genio espontáneo. Ella sabe que su personalidad también es resultado de una complicada serie de circunstancias históricas y sociales, las cuales acertó a resumir, en sus dibujos, en una visión de nuestro país llena de enseñanzas.
Socialmente comprometida con las raíces de Cataluña, muy profundas y de las que hace emerger periódicamente unas esplendorosas floridas, a pesar de la adversa meteorología que demasiado a menudo nos amenaza a todos, Pilarín Bayés también cree, de una manera tan firme como natural, en los principios religiosos. Y además se estima que los niños y las personas de buena fe. Todo ello queda reflejado en su obra, lo invito a ver con el mismo amor que ella lo ha hecho.