SABADELL, 1975 Sabrina Sampere

Su lenguaje plástico parte de la figuración para expresar todo lo que le preocupa

La metáfora, las situaciones de los objetos que pinta y los colores, muestran una artista con ganas de comunicar con el público.

BIOGRAFÍA

Nace en Sabadell en 1975. En 1998 se licencia en Bellas Artes por la Facultad de Bellas Artes Sant Jordi de Barcelona. Posteriormente, el bienio 1998-2000, realiza cursos de doctorado Realidad sitiada: Posicionamientos pictóricos al departamento de pintura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Desde 1999 imparte clases de Dibujo Artístico y Técnicas De Expresión estudiantes de Bachillerato artístico, futuros artistas y dissenyadores.Sabrina Sampere es una artista joven que pronto destaca en el mundo de la pintura y se ha convertido referente para muchos otros artistas. Encontramos obra suya en la Fundación Banco Sabadell, Caixa Terrassa, Museo de Arte de Sabadell, Legado Francesc Galí, Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Girona y colecciones particulares de Bélgica, América Latina, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Suiza y Japón. También ha obtenido numerosos premios y su trabajo ha sido seleccionado a reconocidos certámenes de pintura.De factura madura, la obra de Sampere habla, de una manera abierta, de la realidad vital propia y de la actualidad que le rodea. La metáfora, las situaciones de los objetos que pinta y el colores, muestran una artista con ganas de comunicar con el público. Su lenguaje plástico parte de la figuración para expresar todo lo que le preocupa.

LOS CUADROS PARADISÍACOS DE SABRINA SAMPERE

por Josep M. Cadena

La expresividad en el color es una de las principales virtudes de Sabrina Sampere (Sabadell, 1975), conocida por los habituales de la Sala Rusiñol de Sant Cugat, ya que esta es la segunda vez que expone. Con su capacidad comunicativa sabe transmitir las posibilidades de regeneración que hay en nuestro entorno que demasiado frecuentemente sufre el mal uso colectivo del progreso técnico. Evidencia que la Naturaleza sabe reponerse por sí misma esperanzadoramente, con palmeras que buscan el calor de nuevos soles y la armonía de cielos azules reencontrados. Y este espectáculo de la vida negándose a finar y reinventándose incesantemente, adoptando cualquiera de los innumerables mantos externos con que el aliento vital puede llegar a recubrirse, tenemos la opción de contemplarlo sentados desde la comodidad del sofá que la propia pintora nos proporciona a menudo a sus lienzos, y que expresa que muchas veces no podemos o no queremos que nuestra postura sea otra que la del espectador, y renunciamos irresponsablemente a tomar parte ya actuar en los eventos que atropelladamente tienen lugar en un mundo que se transforma a una velocidad cada vez mayor.

Del mismo modo que el paradisíaco atolón de Bikini, de arenas blancas bañadas por las aguas del Pacífico, se vio sacudido por las pruebas atómicas que lo condenaron a ser un infierno radiactivo, también nuestra existencia personal puede sufrir en cualquier momento una sacudida que derrumbe las paredes de nuestro pequeño refugio vital y nos deje expuestos a las inclemencias de la adversidad. La autora plástica es consciente de la fragilidad de todo y, a la manera de los jóvenes revolucionarios de hace cincuenta años, nos invita a levantar las grises adoquines de la cotidianidad para encontrar las playas del ideal.

Sabrina Sampere, desde su sensibilidad de artista, reivindica un mundo mejor y sufre por las amenazas que nos acechan. Rechaza la deriva consumista y superficial que ha emprendido el progreso humano, al tiempo sabe que las personas somos capaces de grandes hazañas a la altura de la inteligencia y la compasión que poseemos. Es por todo ello que las palmeras en los cuadros de la pintora son las agujas que nos indican el norte hacia donde debemos dirigir nuestros pasos.

Exposiciones

SABRINA SAMPERE

«ESTADOS-ESTRATOS»

SABRINA SAMPERE

«ENTRE LA REALIDAD Y EL SUEÑO»