BARCELONA, 1941 Forcada

El trazo de la composición pictórica expresa fuerza, vitalidad y una solidez tanto en cuanto al tratamiento de los temas como por los contrastes que armoniza en el conjunto de cada uno de sus óleos

Su pasión por la pintura de caballete la ha llevado a buscar ambientes en los que las villas, campos y mares le han hecho plasmar los temas con vibrante vida.

BIOGRAFÍA

Nació en Barcelona en 1941. Su abuelo paterno, pintor y músico, Carlos Forcada Sors, ​​le introdujo en el mundo del arte cuando él era niño.

En Vic (Barcelona), durante su juventud se inició con respecto al dibujo académico, y en la pintura con artistas como Salvador Puntí y Fidel Bofill. Se integró al grupo de pintores vigatans que cultivaban un postimpresionismo en que predominan la luz y el color mediterráneo así como la transparencia de la atmósfera.

El trazo de la composición pictórica expresa fuerza, vitalidad y una solidez tanto en cuanto al tratamiento de los temas como por los contrastes que armoniza en el conjunto de cada uno de sus aceites. Su pintura recuerda a la de los pintores Mir, Casas, Meifren o Rusiñol.

Su pasión por la pintura de cavalet la ha llevado a buscar ambientes en los que la vida de villas, campos, mares lo han hecho plasmar los temas con vibrante vida como en el caso de la costa mediterránea: Cadaqués, Arenys de Mar, Sitges y por supuesto las islas de Mallorca, Menorca e Ibiza. Ha hecho amplias colecciones de pinturas en Grecia, especialmente en la isla de Santorini.

En Venecia ha captado la sensibilidad de la atmósfera de los pequeños canales donde se reflejan las casas de colores rojizos y ocres. Ha pintado muchas pequeñas villas de la costa italiana. En Marruecos se ha adentrado en el cocido de los mercados populares. También ha pintado las tierras de Castilla y sus pueblos así como Andalucía. Ha realizado estancias en París, Roma, Oslo, Estocolmo, Colombia, Chile, Venezuela, México, República Dominicana o Estados Unidos, donde recorrió California de Norte a Sur para pintar las veintidós una misiones que fundaron Fray Junípero Serra y otros.

Hay que recordar que en el año 2000 hizo una exposición retrospectiva de su obra en el Museo Diocesano de la Pia Almoina de Barcelona donde presentó unas doscientas cincuenta obras entre óleos, acuarelas, grabados, litografías y dibujos a pluma y lápiz.

Ha realizado varios murales al óleo: en Bogotá (Colombia), en la iglesia de San Cayetano, de 1’8m. de altura para 12m. de largo; en Santa Coloma de Queralt (Tarragona), en la iglesia parroquial, la obra Pentecostés, una tela de 3m. x 5m .; y en Taichung (Taiwán) una pintura mural al óleo sobre tela dorada de 9m. x 9m. en la iglesia de Fátima.

SENCILLEZ Y TRASCENDENCIA EN LA PINTURA DE JOSEP M. FORCADA

por Josep M. Cadena

Sacerdote, doctor en medicina y licenciado en ciencias de la comunicación, Josep M. Forcada también es pintor, y su obra expresa lo que considero esencial de su personalidad artística: el amor al prójimo a través del paisaje. El autor plástico ha viajado a muchos países y ha conseguido que sus pinceles captaran numerosas y variadas bellezas naturales, pero es muy cerca de nosotros, en las tierras de habla catalana, donde mejor ha sabido captar las virtudes que trascienden la Naturaleza y constituyen lecciones para conformar acertadamente nuestras maneras de ser.

Humanista como es, Forcada da a conocer, mediante una pintura de carácter postimpresionista, sus pensamientos de persona que no sólo quiere compartir con los demás sus sentimientos, sino que desea ser un hilo conductor más hacia la elevación del espíritu . La trayectoria de cada uno es finita en su materialidad, pero no por ello desaparece la responsabilidad de nuestra huella entre los hombres. Incluso aquellos que no creen en el más allá tienen conciencia de la continuidad histórica que desde un inicio nos liga a nuestra sociedad y nos exige actuar rectamente con aquellos que al final nos juzgarán.

Inmersos en los cuadros de Forcada es fácil convencerse de que el sentido de la existencia pasa por poner la propia vida al servicio de la de los demás, en consonancia con la voluntad de una entidad superior, pero ni siquiera es necesario creer en la inmortalidad del alma para apreciar los evidentes valores pictóricos de los trabajos del artista.

La pintura de Josep M. Forcada hace agradable todo lo que él ve con voluntad de compartir, pero no porque el creador obvie las dificultades que presenta la realidad, sino porque ha encontrado la manera de decirnos que estas pueden superarse cuando se cree en un mejor y perdurable destino final. Un destino que es como un mar en calma que nos lleva hacia la línea del horizonte que parece anunciarnos que todo se acaba pero que, cuando la tenemos muy cerca, nos damos cuenta que todo ello sólo ha hecho que empezar.

SENTIDO ESPIRITUAL EN LA PINTURA DE JOSEP M. FORCADA

por Josep M. Cadena

Josep M. Forcada es un pintor que sabe acercarse al paisaje que nos rodea de una Mañes cordial y ampliamente participativa. El siente como suyo, pero al mismo tiempo lo comparte con todos nosotros. Situarse, por ejemplo, ante una de sus representaciones de la Costa Brava -alguna de aquellas en la que la tierra rojiza baja hacia el azul del mar y unos pinos inclinados, que parecen buscar el beso del agua , ponen en primer plano la constante juventud de lo que siempre se renueva en los verdes de la primavera- es un ejercicio altamente gratificante para los que, como él, creemos que la figuración es siempre representación de un espíritu en marcha.

Doctor en medicina y licenciado en ciencias de la comunicación en el aspecto civil, Josep M. Forcada tiene como principal norte una misión de pastor de almas que sabe compaginar con su actividad creativa con respecto a la intensa actividad plástica. Nieto de pintor y seguidor, en sus primeros tiempos, de varios creativos, pronto aprendió a encontrarse a sí mismo y a seguir una línea de superación de cara a él mismo y en relación con los demás. Pintar es, para él, sentir como la Naturaleza y los seres humanos responden, aunque sea de maneras muy diferentes, a una misma voluntad de armonías que, en origen, vienen de un Creador y que nosotros tenemos que desarrollar con sencillez y, también, con alegría.

Creo que, observada la pintura de Forcada, todos podemos convenir en que sus cuadros nos estimulan a ser mejores. Nos sentimos a gusto con ellos por lo que siempre tienen de positivo, de afirmación de franciscano Canto al Sol que nos calienta el corazón y nos ilumina la mente para poder ascender por la luz que nos devuelve a la bondad de los orígenes.

El pintor es cálido y sobrio a la vez. Se entusiasma con lo que nos rodea, pero sabe organizarse para captar las cosas precisas que conducen a una visión que siempre quiere ser trascendente. Consigue transmitir lo que quiere y siempre va más allá de lo que el exterior representa. Posiblemente podría lanzarse hacia una abstracción rica y personal, pero la figuración le sirve para darnos testimonio de lo que siempre debemos aspirar a ser.

Exposiciones

JOSEP M. FORCADA

«HUELLAS DE LUZ»

JOSEP M. FORCADA

«HUELLA MEDITERRÁNEA»

JOSEP M. FORCADA

«IMPRESIONES Y LUCES»